El pasado miércoles, el Ministerio de Sanidad presentó una nueva hoja de ruta centrada en abordar el impacto de las condiciones laborales en la salud mental de la población española. Este documento, titulado “Trabajo y salud mental: hoja de ruta para las administraciones sanitarias en España”, marca un hito en la estrategia nacional de salud al reconocer el papel determinante que tiene el empleo en el bienestar psíquico y al proponer medidas concretas para prevenir, detectar y tratar los trastornos mentales derivados del entorno laboral.

La ministra de Sanidad, Mónica García; la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, y la comisionada de Salud Mental, Belén González, fueron las encargadas de presentar el documento.
Durante su intervención, Mónica García repasó los datos que evidencian el vínculo entre salud mental y condiciones laborales, como las 643.000 bajas laborales por trastornos mentales en 2024, un 72% más que en 2020.

Por su parte, Yolanda Díaz subrayó que el impacto económico de los trastornos mentales alcanza el 1,5% del PIB en España, por encima de la media europea. “La precariedad importa y enferma”, afirmó, recordando que “terminar con la precariedad en nuestro país supondría terminar con 170.000 trastornos de depresión al año”. Añadió también que «el 76% de las bajas laborales son por causas de salud mental” y fue tajante al afirmar que “el trabajo no puede ser un lugar de sufrimiento, y lo es”.
La comisionada de Salud Mental, Belén González, remarcó que los recursos terapéuticos no sustituyen las respuestas colectivas: “No se trata solo de ir al psicólogo, sino de identificar si el problema está en el trabajo y actuar desde ahí. Hay que introducir los determinantes sociales en todo el ámbito sanitario». Mónica García apoyó esa visión, asegurando que “la incertidumbre enferma y el miedo también”, y reivindicó: “Necesitamos 8 mg de tiempo libre, 2 mg de condiciones dignas y 10 mg de certezas. Frente al miedo, esperanza como herramienta política”.
¿Por qué es relevante esta hoja de ruta?
Por primera vez, el Ministerio de Sanidad sitúa el trabajo en el centro del debate sobre salud mental, proponiendo que los condicionantes laborales se incluyan de forma sistemática en la historia clínica de los pacientes. Esta visión integral busca comprender mejor cómo el estrés, la precariedad o la inseguridad laboral pueden desencadenar o agravar problemas psicológicos.
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha denunciado durante la presentación del proyecto ‘Trabajo y Salud Mental’ que «más del 80% de las personas con un trastorno mental grave están fuera del mercado laboral»
Estrategias específicas de prevención y atención
La hoja de ruta plantea estrategias dirigidas a:
- Prevenir y reconocer los problemas de salud mental relacionados con el trabajo.
- Mejorar la detección precoz de estos problemas.
- Ofrecer una atención adaptada a las nuevas realidades laborales, como el teletrabajo o la flexibilidad de horarios.
Implicaciones para las administraciones y el sistema sanitario
El documento sirve como guía para que las administraciones sanitarias desarrollen políticas públicas más eficaces, coordinando esfuerzos entre sanidad, trabajo y servicios sociales. Además, se alinea con la tendencia europea de fortalecer la salud mental tras el impacto de la pandemia y en un contexto de transformación digital del sistema sanitario.
Impacto esperado y próximos pasos
La hoja de ruta se apoya en proyectos como el Data Lake sanitario, que permitirá analizar masivamente datos de salud y detectar tendencias o factores de riesgo en tiempo real, facilitando una respuesta más ágil y personalizada a los problemas de salud mental relacionados con el trabajo.
El plan fomenta la colaboración entre profesionales sanitarios, empresas y ciudadanía, promoviendo la participación social y la adaptación de los servicios a las necesidades reales de la población.
Esta iniciativa supone un paso decisivo para que la salud mental deje de ser un tema secundario y se incorpore de forma transversal en las políticas públicas, con especial atención a los retos del mundo laboral actual y futuro.
“El documento propone un modelo que permite analizar el impacto de las condiciones laborales sobre el bienestar psíquico de la población”.
Conclusión

El documento hace referencia a los datos del informe PRESME, resultado del trabajo del Grupo de personas expertas en precariedad laboral y salud mental, y coordinado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social., que analiza la relación entre condiciones laborales y salud mental en la población ocupada en España
Entre sus principales hallazgos destaca que:
- Aproximadamente 170.000 cuadros depresivos podrían haberse evitado en el año 2022 si no existieran formas de precariedad laboral como la inseguridad contractual, los bajos ingresos o la falta de control sobre el trabajo.
- Se estima que el 26% de los trastornos mentales comunes en la población ocupada en España pueden atribuirse a condiciones laborales adversas, como falta de control sobre el trabajo, exigencias excesivas, inseguridad, o falta de apoyo.
- Las mujeres presentan una prevalencia mayor de trastornos mentales relacionados con el trabajo, en parte debido a la concentración en sectores con peores condiciones laborales y a una carga adicional por desigualdades de género dentro y fuera del entorno laboral.
- El informe destaca que alrededor del 60% de los trabajadores expuestos a condiciones psicosociales negativas reportan síntomas de sufrimiento psíquico, como ansiedad o depresión, frente a tasas mucho más bajas en quienes no están expuestos a estos factores.
El documento “Trabajo y salud mental: hoja de ruta para las administraciones sanitarias en España” ha sido elaborado por el Ministerio de Sanidad a través del Comisionado de Salud Mental. En su desarrollo han participado el Área de Salud Laboral de la Dirección General de Salud Pública y Equidad, otras unidades del propio ministerio, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), así como un equipo multidisciplinar de personas expertas en salud mental, salud laboral, epidemiología, políticas públicas y atención clínica. También han contribuido sociedades científicas de salud mental y de atención primaria, así como organizaciones sindicales. La colaboración de estas entidades y profesionales ha permitido articular una propuesta integral y basada en la evidencia para abordar los efectos del trabajo en la salud mental de la población.
En definitiva, la presentación de esta hoja de ruta por parte del Ministerio de Sanidad representa un avance estratégico para situar la salud mental y los riesgos laborales en el centro de la agenda sanitaria. Su enfoque preventivo, basado en la evidencia y apoyado en herramientas digitales, permitirá mejorar la calidad de vida de millones de personas y adaptar el sistema sanitario a los retos de una sociedad en constante cambio.
Aquí tenéis el enlace al documento completo.